Maldito tedio

Después de tantos días de cuarentena y ocio involuntario, mi cuerpo necesita jornadas altamente productivas como terapia de choque a mi apatía que se ha vuelto crónica.

Necesito relojes que atrasen constantemente, incluso con premeditación y alevosía. Carrillones obsoletos que descuadren sin contemplaciones y hagan sonar en bucle los cuartos en una interminable letanía que sacuda mi desgana.

Para recuperarme de esta larga temporada de hibernación, quiero que, en lo sucesivo, todos los años sean bisiestos, quiero meses que se eleven al cuadrado sin ton ni son, semanas de ocho días laborables; minutos que se desprendan de las horas y segundos que se confundan entre la maleza del tiempo.

Cuando esto pase, quiero que se activen todos los husos horarios en desuso, meridianos y paralelos que se entrelacen en una incomprensible maraña que ralenticen el giro del planeta para que los nuevos y luminosos días de después del confinamiento se dilaten sin control y parezcan eternos.

Necesito, y lo necesito ya, un prontuario de cosas pendientes por hacer inagotable, que se reproduzca por esporas o que se retroalimente como el ciclo del agua; que la inercia afiance su alianza con la agitación y la prisa y no quede nunca nada para más tarde.

Necesito no parar, no tener ni un hueco libre en mi cuaderno de tareas para no caer en la tentativa de frenar y que, a partir de ahora, el verbo procrastinar solo se conjugue en pretérito imperfecto.

Necesito recuperar mi agotadora rutina, mi caos diario de ir constantemente de aquí para allá, de salir y entrar en casa y tener que volver a salir.

Necesito reencontrarme con el tipo que continuamente se lamentaba de la vorágine cotidiana y que hace días se fugó a través de la profundidad del espejo, para decirle que a veces uno se queja de las cosas sin pensar.

Sobre todo, lo que más necesito es regresar a mi normalidad, a mi ocupada vida de antaño en la que andaba siempre anhelando un racha de días tranquilos… pero que la tranquilidad nunca vuelva a convertirse en sinónimo del tedio.   

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