Parásitos

Pues Parásitos consiguió la noche del domingo 9 de febrero algo que ninguna película hablada en un idioma diferente del inglés había conseguido antes: ganar el prestigioso OscarTM a la mejor película del año. Y no solo eso, sino que también se llevó el premio a mejor película de habla no inglesa, al mejor director para Bong Joon Ho y al mejor guion original. Una pasada. Y, ¿qué es lo que tiene Parásitos para merecer haber conseguido esto? Pues desde mi punto de vista lo tiene todo.

Courtesy of NEON + CJ Entertainment

 

El argumento, sin destripar mucho ya que es esta una película para descubrir sabiendo lo menos posible, parte de la siguiente premisa: La familia Kim, compuesta por el padre Kim Ki-taek, la madre Chung-sook, el hijo Ki-woo y la hija Ki-jeong, viven en un pequeño apartamento en el semisótano, trabajan en empleos temporales mal remunerados y luchan para llegar a fin de mes. El amigo de Ki-woo, Min-hyuk, que se está preparando para estudiar en el extranjero, le regala a la familia Kim una piedra de erudito (Gongshi) que se supone les traerá riqueza. Min-hyuk le sugiere a Ki-woo hacerse pasar por estudiante universitario para obtener su trabajo como tutor de inglés de la hija adolescente de la rica familia Park, Da-hye1.

A partir de ahí la película combina a la perfección y sin que se noten las “costuras” géneros como la comedia negra, el thriller o el suspense, haciendo un retrato descarnado de las diferencias de clase; y lo hace desde una posición comprometida pero no maniquea. El retrato que Bong Joon Ho hace de la familia Kim (la familia de clase baja) no es nada complaciente: los retrata como parásitos que aprovechan cualquier oportunidad para intentar salir de su pobreza de la manera que sea. Y el que hace de la familia Park (la familia de clase alta) es igualmente crudo y complejo, también son parásitos que se aprovechan de su posición privilegiada para mirar a los demás con condescendencia y superioridad.

Pero, ¿dónde está la magia que hace de Parásitos una película tan especial e irrepetible? En que todo el diseño de la película: guion, actuaciones y dirección de actores, decorados, montaje, posición, ángulos y movimientos de cámara están planeados y ejecutados para reflejar esa diferencia y lucha de clases, a enfatizar los contrastes y generar esa tensión sostenida durante todo el metraje. Una maquinaria de relojería que funciona a la perfección y en la que todo, absolutamente todo, responde a simbologías, significados y significantes. Una fusión entre forma y fondo como muy pocas veces se ha visto en el cine.

No puedo hacer más que recomendar encarecidamente su visionado a quien aún no lo haya hecho, y a quienes ya la han visto, leer este artículo de la revista JotDown que ahonda en las principales simbologías y metáforas de un film que ha hecho historia en los OscarTM y que además es tremendamente necesario y comprometido. Una película en la que cada plano es una postura ética, moral y política.

1. Wikipedia

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