Déjame entrar

Libros que se convierten en películas. Películas que transforman sus guiones en libros. Los análisis de unos y otros son habituales no sólo entre los críticos, sino entre espectadores y lectores. Les propongo a través de este blog hacer lo mismo y, como estreno, les dejo aquí unas pinceladas de un libro de terror: Déjame entrar, del escritor sueco John Ajvide Lindqvist. Se trata de una novela de vampiros de los de antes, alejados de los edulcorados galanes de las historias adolescentes de la saga  Crepúsculo. En Déjame entrar encontramos la influencia del mejor Stephen King, que tan bien sabe articular el miedo con los fenómenos sociales más crueles, la fantasía con la estúpida realidad. Así, el protagonista de la novela, un niño de doce años de un barrio obrero, sufre acoso escolar y encuentra en su extraña vecina consuelo y amistad, al tiempo que una serie de muertes asuela el lugar. Tal fue le éxito del libro que Suecia, en 2008, tuvo su película basada en él. Con muy buen criterio redujo personajes y acontecimientos para conseguir un largometraje entretenido que respeta el ambiente y el espíritu de la novela.

Tras el merecido éxito de la película, en 2010, Estados Unidos decidió continuar con su manía de «traducir» a su lenguaje cinematográfico obras de otras nacionalidades e hizo su propio Déjame entrar, que, como era de esperar, no aporta nada nuevo y es prescindible. Sin duda, con la versión sueca bastaba. Juzguen ustedes.

2 comentarios

  1. He visto la versión norteamericana y me gustó mucho. Algunos dijeron que fue una caca, pero particularmente me gustó el enfoque de la amistad, aunque ya empieza a cansar de vampiros.

    Saludos.

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